Mi guagua
La decisión de entrar al programa MBA de la USFQ la tomé el 6 de abril del
2011 a las 6:39 de la mañana. Ese día nació
mi único hijo. A esa hora me di cuenta que mi vida hacía un click. Días antes,
el bichito de hacer una Maestría ya me había picado porque había leído una
publicidad de la Universidad en una revista especializada. Esa publicidad coincidió con un dilema existencial que me afectaba
durante esos días, me preguntaba: ¿a dónde iba mi empresa?; una empresa familiar
próxima a cumplir 38 años, los últimos 10 dirigidos por un servidor. Se puede
decir entonces que, uniendo los dos temas trascendentales de mi vida en
aquellos días, me envalentoné y decidí re-fundar mi vida profesional con el
objetivo de complementar “mi instinto
autodidacta empresarial” con la teoría administrativa para dirigir mi empresa a un cambio;
no sabía si bueno o malo, pero estaba seguro que mi compañía necesitaba un
giro, un renacimiento que simbólicamente había empezado con el nacimiento de mi
guagua.
Entré al programa del MBA a los 39 años, con un título de periodista y 20
años de experiencia en administración de empresas familiares. Fue difícil: eran
14 años sin estudiar, la búsqueda de la adecuada coordinación entre horas de
trabajo/horas de estudio, y el nuevo papel de ser padre (mi hijo tenía casi 6 meses cuando empezó el
programa) fueron los principales desafíos. También puedo afirmar que el hecho
de que mi pregrado fuera parte de las Ciencias Sociales complicó a la hora de
confrontar materias técnicas. Sin embargo, terminé el programa.
Después de graduarme en el 2013, puedo asegurar que veo las cosas de
diferente manera. Mi empresa estaba en
un ciclo de madurez. A pesar de que por inercia coqueteaba con la estrategia de
diferenciación, al realizar el análisis de las 5 fuerzas sectoriales de Porter
(Porter, M. 1980) en la industria en que compite mi organización, logré
confirmar la estrategia y empecé a dirigirla hacia el futuro. El proceso para
alinearla con la estrategia genérica ha comenzado: el recurso humano, la parte
operativa, la parte comercial y la parte financiera están trabajando en la permanente innovación de la ventaja
competitiva.
Debo reconocer que lo más duro ha sido “vender la idea” a los
accionistas/familia. La implementación de un Gobierno Corporativo tuvo
oposición al principio ya que, como una típica empresa familiar, las decisiones
se las tomaba de acuerdo a la pasión
sanguínea del momento. Ahora, aunque persiste
tal pasión, la dosis técnica ya se toma en cuenta y está volviéndose un hábito
recurrir a ella.
En conclusión: el MBA me está
ayudando a profesionalizar mi empresa. A corto plazo el proceso de cambio
iniciado se refleja en la confianza por parte de los involucrados en el nuevo
modelo. A mediano plazo se busca la
consolidación en el mercado ecuatoriano. A largo plazo el objetivo será la
internacionalización. Para esa fecha, mi guagua tendrá 8 años.
¿Cómo debería seguir introduciendo los cambios a futuro en esta empresa
familiar con el fin de alcanzar los objetivos deseados?
Artículo escrito por: Álvaro Cobo, promoción 2011-2013
Referencias
Porter,
Michael. 1980. Competitive Strategy: Techniques for Analyzing Industries and
Competitors. New York. The Free Press.
0 comentarios :
Publicar un comentario